Galletas decoradas para bodas

Solo a mi se me ocurre encender el horno en pleno verano. Pero la ocasión lo merecía: mi hermana se ha casado y me pidió que le hiciera galletas decoradas para la boda, un detalle a modo de recordatorio para regalar a los invitados. ¡Cómo iba a negarme! Así que me armé de valor, puse el ventilador a tope y con mi bollito de apenas un par de meses a cuestas, me lié a hornear y decorar galletas.

El diseño lo acordamos entre las dos. Quería que las propias galletas decoradas fueran un recordatorio: nombres, fecha y algún otro detalle. Sus nombres los hice en el color favorito de cada uno. Otro toque de color lo aportan las banderas de España y Perú, en la línea de las invitaciones diseñadas por mi hermano (sí, somos una familia de artistillas), que simulaban pasaportes por un lado mientras que en el otro mostraba un mapa mundi con una línea que atravesaba el charco para unir sus corazoncitos. Todo muy internacional. Además las había de mantequilla y de chocolate, para todos los gustos.

Y tan mal no debí de pasarlo porque un mes más tarde estaba otra vez a los fogones para hacer un encargo similar para mi cuñada. En este caso era su hermana la que se casaba y quería regalarle las galletas decoradas para la boda. Nuevamente, ¡cómo decir que no! A veces pienso que se me va la cabeza, porque es el pedido más grande que he hecho hasta ahora (150 galletazas) y entre el calorazo y la bebé... No sé ni cómo me las he apañado. Bueno, sí: he contado con la ayuda de un par de duendecillos que me echaron una mano y con el papi más paciente del universo que estuvo pegado al bollito mientras yo amasaba las galletas.

En este caso usé el mismo cortador, que va con todo, oye. El diseño está basado en una página web que crearon los novios para ir informando a los invitados de todo: en la página había unos muñecos muy graciosos de un par de novios dibujados con trazo simple y con detalles verdes. ¿Y lo de pi al cuadrado? Pues porque ambos son matemáticos, con el punto friki que conlleva, y se apellidan PIno y PIcado.

Hasta aquí mis actividades reposteras del verano. Ahora que he vuelto intentaré sacar tiempo para publicar alguna cosilla de vez en cuando. Espero que os hayan gustado estas galletas decoradas para unas bodas tan diferentes. ¡Hasta la próxima!